Ya hemos hablado en multitud de ocasiones sobre la importancia de preparar un buen currículum, de presentar la información de manera atractiva y creativa, de organizarla según las competencias que hemos adquirido y demostrado a través de nuestras experiencias laborales, o de cómo mejorarlo a través de actividades como el voluntariado o la formación. Hoy, queremos dar un paso más allá. Ya sabemos que debemos ser honestos con la información que incluimos en el CV, no debemos mentir ni tampoco esconder información que genere lagunas. Es por eso que es importante estar preparados para poder defender las debilidades de nuestro CV.
Tener un currículum perfecto es difícil. Por diferentes motivos, nuestra información profesional puede incluir un despido, una época de inactividad laboral o unos estudios inacabados. Pero eso no nos debe alarmar. Podemos (y debemos) prepararnos para que, en una entrevista laboral, no nos pillen desprevenidos con una pregunta cómo ¿por qué le despidieron? o ¿por qué no figura nada entre el año tal y el año cual?
Una debilidad debe comportar también una oportunidad. Y eso lo debemos tener siempre en mente para explicar esas situaciones negativas que se muestran en nuestro currículum. Por ejemplo, si nos despidieron, cuando expliquemos ese punto debemos tener claro que el entrevistador, más allá de el motivo, lo que quiere conocer es cómo salimos de esa situación y qué aprendimos de ella. Un despido es un obstáculo en nuestra carrera profesional y debemos saber transmitir cómo lo superamos y que aprendimos de él. Lo más importante es cómo respondimos a él. Es lo que realmente le interesa al entrevistador.
Otra debilidad de nuestro currículum pueden ser unos estudios inacabados. Lo mismo. No debemos justificar nuestra decisión de dejar la carrera, por ejemplo. Si no, las oportunidades que nos brindó esa decisión. Es decir, se trata de explica que el hecho de no acabar esa segunda carrera o esa formación fue más positivo para nuestro desarrollo como personas y como profesionales que no haberse mantenido en ella.
Y otra de las debilidades más frecuentes en los currículums puede ser un período sin trabajo. Lo mismo. Debemos demostrar al entrevistador que ese tiempo, a pesar de no tener trabajo remunerado, no estuvimos inactivos. Aprendimos un nuevo idioma, participamos en un programa de voluntariado o ampliamos nuestra formación técnica.
